El
Castillo de la Mota, su origen y etapas constructivas: El origen de la fortaleza de la Mota es difícil esclarecerlo. El sólo
nombre de "mota" señala por sí mismo una gran antigüedad,
porque corresponde a una variedad de fortificaciones anteriores al siglo XII,
fortificaciones algo ingenuas y poco desarrolladas como puede verse en los ejemplos
que se conservan en Inglaterra y otros países, y en los modelos dibujados
en la Tapicería de Beyeux, bordada por la reina Matilde, esposa de Guillermo
el Conquistador. Por eso aunque en España las fortalezas de ese tipo están
ya completamente formadas, el nombre de "mota" revela una existencia
lejana (Bordeje, F., 1971:4).
Los historiadores
de Medina del Campo vinculan su origen a la figura de Andrés
Voca, Este personaje aparece en algunas Crónicas, como la de
Pero
Niño, conde de Buelna, obra de Gutiérrez
Diez de Gomes, que lo incluye en los tercios medinenses en la
batalla
de las Navas de Tolosa. Pese al relato son muchos lo que dudan de su
existencia, pero en Medina se forjó esta leyenda que todavía se
recuerda.
Cuenta la tradición que en los últimos años del siglo XII, en tiempos del rey Alfonso VIII, vivía en Medina un rico labrador llamado Andrés Voca,...
Pero dejando
aparte la leyenda, es posible que su origen corra en cierta forma paralelo al
del primer emplazamiento de población de la villa localizado en una situación
privilegiada: una zona fértil, el ángulo que forma la confluencia
del río Zapardiel
y el Adajuela, y una encrucijada de caminos. Un lugar con grandes posibilidades
defensivas.
A este emplazamiento
deben corresponder los restos de una de las más antiguas cercas
de la villa, estas huellas permanecen debido a la solidez de la muralla, de gran
anchura (más de 2 metros) y a la dureza del hormigón empleado
a base de una argamasa de cal y cantos rodados de cuarcita. La cerca tenía
una forma irregular, adaptándose al perfil del cerro cuyo borde seguía
en líneas generales, excepto en la parte sureste, donde cruzaba la meseta.
A intervalos de unos 15 metros se alzaban torreones prismáticos
que servían de contrafuerte (Sánchez
del Barrio, A., 1991:17). Algunos autores como A.
Sánchez del Barrio (1991:18) y F. Cobos Guerra (1993:2) creen
que estos primitivos vestigios corresponden a finales del siglo XII, y es posible
que pertenezcan a esa época porque las investigaciones actuales sobre arquitectura
castrense medieval sostienen que los elementos constructivos a base de argamasa
de cal y cantos rodados y la traza adaptándose sal terreno y protegiendo
la cerca por medio de torreones se remontan a dicho siglo. Parte de esta muralla
de hormigón fue aprovecha para la construcción del edificio actual
que se encuentra situado en el ángulo suroeste de esta ciudadela medieval.
Fernando Cobos,
investigador de la fortaleza cuyos estudios seguimos en este capítulo,
distingue tres etapas en la construcción del castillo claramente diferenciadas:
- La la primera, posiblemente del siglo XII, corresponde el tramo curvo del recinto interior, que tiene una clara estructura musulmana en los lienzos y torres del este, sur y oeste hecha con una mezcla de adobe, mampostería y ladrillo, común en esta zona que corresponden a la extensa muralla de la Mota, cuya asombrosa traza y fuerza le permitieron continuar gasta el siglo XV en su forma original. Una atención especial merece la torre donde está la puerta mudéjar de este recinto y que fue cegada al quedar sin uso en el siglo XV.
- A la segunda corresponde la obra de finales del siglo XV, fusión de dos tipos bastantes diferenciados. El recinto interior y la torre del Homenaje pertenecen a la escuela de Valladolid como castillo señorial (Cobos, F., 1992:1.).
En este momento el castillo sufre un gran cambio debido a las necesidades militares de la época, que imponen su reducción con el fin de concentrar las defensas que estaban demasiado dispersas en las grandes fortalezas, acumulándolas todas en la parte superior del castillo.
Según E. Coorper (1980:227-229), estas obras pudieron realizarse durante la tenencia del arzobispo Fonseca, o que tal vez las hiciera el duque de Alba mientras lo tuvo en tercería, estas suposiciones se deben a la semejanza que tienen algunos elementos de la Mota, como torrecillas, matacanes, alzados, almenas y otros pormenores interiores, con el castillo de Coca y el de Castronuevo, propiedad respectiva de ambos señores.
En cambio F. Cobos (1993:3) opina que la barrera y la liza tiene su origen en la reforma hecha pos los Reyes Católicos entre 1479 y 1482.
Las obras de esta segunda etapa incluyen:
- Los lienzos rectos del recinto interior. Por los restos que quedan las obras debieron cortar el castillo por el frente norte y este, levantando los muros que corren entre el Homenaje y las primitivas torres angulares.
-La torre del Homenaje. Es una de las características más notables del castillo, recuerda las alcazabas hispanomusulmanas por su situación en el ángulo del recinto interior.
"- la barrera exterior con sus fosos, subterráneos y obras exteriores se adelanta técnicamente a cualquier obra defensiva de su tiempo. En este sentido puede considerarse un edificio único. Sus bóvedas casamatas, sus cámaras de tiro con aberturas de aireación, sus líneas defensivas subterráneas, sus almacenes, accesos, relaciones con la liza y el exterior y los posibles sistemas de contramina hacen de la obra un conjunto de máximo interés". (Cobos, F. 1993:3).
"Esta obra, considerada casi siempre como una obra mudéjar debe más a la escuela internacional de fortificación hispanoitaliana que a las técnicas mudéjares de la zona". (Cobos, F., 1992:1).
"- la tercera fase corresponde a las restauraciones del siglo XX. en 1904 el castillo es declarado monumento nacional y a partir de este momento se suceden varias restauraciones.
- 1905-1914. El arquitecto restaurador fue D. Teodosio Torres. Se reconstruyeron las almenas y parapetos, a imitación de lo poco que se conservaba original, se remataron los muros y repusieron el solado de los adarves y las torres". (Cobos, F., 1993:6).
Sabemos que construyó el almenado de la puerta principal y el puente de entrada. También excavó y desescombró el patio interior extrayendo gran cantidad de yeserías de la decoración original. Durante estas obras desaparecieron las características que tenía el puente levadizo con un tramo central, y los orificios del paso de las cadenas del mismo para su elevación. Estos detalles hubieron servido para ajustarse a la realidad en restauraciones posteriores (Prats y Rodríguez del Llano, A., 1954:10).
"- 1916-1918 y 1928-1930. En 1915 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes inició unas obras de reparación del castillo de la Mota cuyo proyecto se encargó a D. Juan Agapito y Revilla. Las obras se realizaron en cuatro etapas, aunque el proyecto no se ejecutó en su totalidad". (Cobos, F., 1993:6).
Las obras consistieron en consolidar muchos puntos débiles y dar acceso cómodo y fácil a ciertos elementos del castillo, como la barrera, las galerías subterráneas y la torre del Homenaje.
En las galerías subterráneas se reconstruyeron las bóvedas semiesféricas de los cubos que estaban hundidas; también se hizo un cubo nuevo. Se arreglaron los trozos de revestimiento de ladrillo que se habían caído y que contenían el macizado natural de las tierras de interior, sobre el que se asientan los semi-cañones de las bóvedas. Se hizo un solado de hormigón.
En el recinto interior se recalzaron y parchearon los muros de hormigón. Se reparó el suelo de los adarves y se construyeron dos escaleras de hierro para subir al adarve y al Mirador de la Reina.
Por lo que se refiere a la torre del Homenaje se hizo un proyecto de reconstrucción total del remate o caballete. Este proyecto no cuajó y solamente se reconstruyeron los antepechos y el almenado, además de consolidar los arcos que quedaban del caballero. También se arregló el suelo del piso interior (Agapito y Revilla, J., 1928:19).
"- 1930-1932. En 1930 hubo otro intento de restauración del castillo bajo la dirección de D. Antonio Prast y Rodríguez del llano. Se realizaron unas importantes excavaciones documentando la cimentación de un muro delante de la puertas del recinto interior.
Durante la excavación del patio interior se localizó la cimentación de los muros del distribuidor de este espacio y algún material arqueológico". (Cobos, F., 1993:7).
- 1939-1942. En mayo de 1939 el castillo de la Mota fue cedido por el Jefe del Estado a la Sección Femenina para que la restaurase y dedicase a fines formativos y culturales, iniciándose rápidamente las obras.
El 21 de julio, por medio de una orden especial, se encargó de la reconstrucción del castillo D. Pedro Muguruza y Otaño, comisario de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, que D. Francisco Íñiguez Almech y a D. Pedro Hurtado Ojalvo como aparejador-ayudante. La dirección artística estuvo a cardo del marqués de Lozoya, la decoración y diseño del mobiliario la realizó D. Luis Feducci, y de la litúrgica se encargó fray Justo Pérez de Urbel. También hay que destacar la intervención de D. Ricardo Serny, que pintó las tablas de un armario.
Se procedió a una exploración del castillo; únicamente se conservan en relativo buen estado los muros perimetrales y torres, el interior estaba destruido. Había que sacar tierra y cascotes para encontrar restos de cimentaciones primitivas que mostraban, con toda fidelidad, la distribución de crujías, pilastras, etc. Se encargó de esta labor de carácter arqueológico un grupo de licenciados especializados en ello, después se procedió a la excavación y aparecieron los viejos cimientos, que señalaban un patio central con tres lados de pilares y una fachada exenta. Detrás de esta línea de pilares y en anchura muy normal en este tipo de edificaciones aparecieron unos cimientos corridos que determinaban la línea de crujía. También aparecieron unas bombardas que actualmente están en el Museo de Artillería de Segovia, (Hurtado Ojalvo, P., 1942).